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EL BLOG DE LOS 100 AUTORES

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jueves, 21 de mayo de 2009

Creer

Por ahora los días
pasan más lento,
por ahora puedo evitar la tristeza
por que a pasado
y yo he ocasionado,
porque en un momento me perdí
ahora ya no se donde estoy.
Me dices que crea
que esto que siento es real,
que ame lo que viene pero
de verdad....
yo no puedo dejar
de amar aquel pasado.
Porque lo que viene se ve oscuro,
deseo creer que que
todo estará bien
pero presiento
que podría salir algo mal.
Quiero creer
y poder volver
a amar como lo hice antes,
pero tengo miedo
que por eso te deje,
y ya no tenga en quien creer.

martes, 19 de mayo de 2009

Recuerdame!

rekuerdame!

kuando se kaigan los cielos y muera la tierra!
rekuardame kuando te olvide, i mis ojos no te miren,
mirame kuando me pierda y no te enkuentre,
tomame aun en mi ignorancia y levantame kuando ciega tropieze,
guiame kuando sin direccion tome otros caminos,
amame kuando dude, y aun kuando mi mirada se desvie,
Dios no me dejes perdida en la tormenta...
komo podria ser fuerte sin ti...
komo podria ser sin ti?





toi tristee,
pro la afliccion
no mengua mi korazon!
... te veO aun k perdida
y ahora en guerra este...

no te dejare
ank enrte mil
verdades t buske!
te allare!

LEÑO _________ MANERAS DE VIVIR

LEÑO --- MANERAS DE VIVIR



LEñO - ESTE MADRID
*
* *
Tu aquí y yo aquí
seguimos unidos
vivimos todo por igual.
Bebemos, fumamos y nos colocamos
tenemos plena libertad.

En Atocha encontrarás
aire limpio sin igual.

Es una mierda este Madrid
que ni las ratas pueden vivir.

Queremos una central
que nos suministre
energía para destruir
la mucha vegetación
que nos estorba
y no, no podemos contruir.

Tenemos que eliminar
a los antinuclear.

Es una mierda este Madrid
que ni las ratas pueden vivir.

No hagas caso a esta canción
pues todo es mentira
lo que falta es un buen bidón

de aire puro y natural
y de cerveza
de tocino y de salchichón

leña seca y carbón,
una menda y un colchón.

Es una mierda este Madrid
que ni las ratas pueden vivir.



_____________________

LEñO - MANERAS DE VIVIR
*
* *
No pienses que estoy muy triste
si no me ves sonreir
es símplemente despiste
maneras de vivir.

Me sorprendo del bullicio
y ya no sé qué decir
cambio las cosas de sitio
maneras de vivir.

Voy cruzando el calendario
con igual velocidad
subrayando en mi diario
muchas páginas.

Te busco y estás ausente
te quiero y no es para ti
a lo mejor no es decedente
maneras de vivir.

Voy aprendiendo el oficio
olvidando el porvenir
me quejo sólo de vicio
maneras de vivir.

No sé si estoy en lo cierto
lo cierto es que estoy aquí
otros por menos se han muerto
maneras de vivir.

Descuélgate del estante
y si te quieres venir
tengo una plaza vacante
maneras de vivir.



________________

LEñO - SODOMA Y CHABOLA
*
* *
Hamburguesas de colores
para niños de Sodoma.
Muñecas de porcelana.
Y caballeros de goma.

En la chabola las lágrimas
formaron mares de hiel
con barquitos de miseria
y diosecillos de papel.

Los mares fueron creciendo
derribando las barreras
la sal fabricó dos alas
forradas de sangre seca.

La chabola echó a volar
dejando lastre y miseria
abajo quedó Sodoma
con dioses, hiel y hamburguesas.

_________________
LEñO - ¡QUé DESILUSIóN!
*
* *
Sé que no estoy en mi juicio
y que me falta inspiración.
Todo me saca de quicio
¡qué desilusión!
Odio salir a la calle
hiede la televisión,
el rocanroll es un arte
¡qué desilusión!

Es sólo una canción
y me siento mejor.

Soy compañero de nadie
y viajo solo en mi vagón,
no encuentro un soplo de aire
¡qué desilusión!

Soy pregonero del negro
y tengo en cama la opinión,
sé que no existe el infierno
¡qué desilusión!

Es sólo una canción
y me siento mejor.



___________

LEñO - CASTIGO
*
* *
¿Dónde vas ahí?
Si no sabes nada tuyo
¿Qué va a ser de ti?
cuando dejes este mundo.
Buscarás perdido un lugar tranquilo hallarás oscuro y habrá castigo.

____________________

LEñO - LA NOCHE DE QUE TE HABLé
*
* *
Píntate el pelo de azul
llámame a las nueve, por favor.

Coge un imperdible o dos
y enróllate en el espejo del ascensor.

Romperás mi corazón
si retrasas el reloj otra vez

buscaré sin descansar
a las diez tu cuerpo de mujer.

Una vez más.
Hoy va a ser la noche de que te hablé.

A las doce has de volver.
tus viejos están a punto de caer.

No me llores por favor
vístete, se acaba la función.
Hoy va a ser la noche de que te hablé.


_____________
LEñO - APRENDIENDO A ESCUCHAR
*
**
Déjame buscar en tu mente
un lugar para la amistad.

Déjame alguna experiencia
déjame participar

si tú quieres ver la luz
búscala en tu interior

deja entrar otras opiniones
de quien tienes alrededor.

No pretendas engañarte
y dejarte arrastrar

por instintos infundados
que te harán fracasar.

Lo que quieres tendrás que ganarlo
nadie te lo viene a dar

sólo intenta ser tú mismo
aprendiendo a escuchar.



____________
LEÑO - LA FINA
*
* *
Vas consumiendo el camino,
vas conociendo el percal,
vuelves desde el caño al coro
y llegas a adivino,
sin examen preescolar.

Hoy conocí una chiquita,
mona o foca daba igual,
sólo salió de su boca...
me llaman la finita
y no soy fina ni ná!

Ya puedes imaginarte
cómo me lo iba a montar,
de no ser porque finita
temprano a su casita
debería regresar.

Está pues la cosa clara
ya no te puedes fiar,
no era fina sino estrecha
y pon otra cerveza
que a la próxima será.

_______________

sábado, 16 de mayo de 2009

¿CANTARÁ EL POLVO TUS ALABANZAS? -- DAMON KNIGHT

¿CANTARÁ EL POLVO TUS ALABANZAS?
Damon Knight



Y el Día de la Cólera llegó. El cielo resonó con trompetas, angustiantes, ominosas. Por todas partes las secas rocas se alzaron, gimiendo, y cayeron desmoronadas. Luego en cielo se hendió, y en resplandor apareció un trono de fuego blanco, en un arco iris que ardía verde.
Los relámpagos zigzagueaban desde todos los horizontes. Alrededor del trono flotaban siete majestuosas figuras vestidas de blanco, con cintas doradas cruzando sus pechos; y cada una llevaba en su gigantesca mano una redoma que humeaba hacia el cielo.
Desde el resplandor del trono llegó una voz:
- Seguid vuestros caminos, y verted vuestras redomas de la cólera de Dios sobre la tierra.
Y el primer ángel descendió, y vació su redoma en un torrente de oscuridad que humeó por encima de toda la tierra desierta. Y se hizo el silencio.
Luego el segundo ángel voló bajando a la tierra, y planeó de un lado a otro, sin vaciar su redoma: y finalmente regresó junto al trono, diciendo:
- Señor, debo vaciar la mía en el mar. ¿Pero dónde está el mar?
Y de nuevo se hizo el silencio. Porque las resecas y polvorientas rocas de la tierra se extendían ilimitadamente bajo el cielo; y allá donde habían estado los océanos había tan sólo cavernas abiertas en las rocas, tan resecas y vacías como el resto.
El tercer ángel exclamó:
- Señor, la mía es para los ríos y fuentes de agua.
Y luego el cuarto ángel dijo:
- Señor, déjame vaciar la mía.
Y vertió el contenido de su redoma hacia el sol; y en un instante ardió con una terrible radiación: y planeó de un lado para otro dejando caer su luz sobre la tierra. Tras un cierto tiempo vaciló y regresó junto al trono. Y de nuevo se hizo el silencio.
Entonces del trono brotó una voz diciendo:
- Ya basta.
Bajo el amplio domo de los cielos, no volaba ningún pájaro. Ninguna criatura reptaba o se arrastraba sobre la superficie de la tierra; no había ningún árbol, ninguna brizna de hierba.
La voz dijo:
- Este es el día señalado. Descendamos.
Entonces Dios anduvo sobre la tierra, como en los viejos tiempos. Su forma era como una moviente columna de humo. Y tras Él avanzaban los siete ángeles con sus redomas, murmurando. Estaban solos bajo el ciclo gris amarillento.
- Aquellos que están muertos han escapado de nuestra cólera - - dijo el Señor Dios Jehová -. Pero no escaparán al juicio.
El reseco valle en el que se encontraban era el Jardín del Edén, donde el primer hombre y la primera mujer habían recibido un fruto que no debían comer. Al este se hallaba el paso por el que la pareja condenada había sido arrojada al desierto. A una poca distancia hacia el oeste se divisaban las dentadas formas del monte Ararat, donde se había posado el Arca tras el Diluvio purificador.
Y Dios dijo con una gran voz:
- Abramos el libro de la vida; y que los muertos surjan de sus tumbas, y de las profundidades del mar,
Su voz resonó bajo el tenebroso cielo. Y de nuevo las resecas rocas se alzaron y cayeron; pero los muertos no aparecieron. Sólo el polvo se retorció, como si sólo eso quedara de los miles de millones de habitantes de la tierra, vivos y muertos.
El primer ángel sujetaba en los brazos un gran libro abierto. Cuando el silencio se hubo establecido durante un cierto tiempo, cerró el libro, y en su rostro hubo miedo; y el libro se desvaneció de entre sus manos.
Los otros ángeles murmuraban entre sí y suspiraban. Uno dijo:
- Señor, terrible es el sonido del silencio, cuando nuestros oídos deberían estar llenos de lamentaciones.
Y Dios dijo:
- Este es el día señalado. Sin embargo, un día en el cielo son mil años en la tierra. Gabriel, dime, según como cuentan los hombres el tiempo, ¿Cuántos días han transcurrido desde el Día?
El primer ángel abrió un libro y dijo:
- Señor, tal como los hombres cuentan el tiempo, ha pasado un día desde el Día.
Y volviéndose a ellos, Dios dijo:
- Sólo un día: un instante. Y sin embargo no se alzan.
El quinto ángel se humedeció los labios y dijo:
- Señor, ¿No eres Tu acaso Dios? ¿Qué secretos pueden haber para el Hacedor de todas las cosas?
- Paz – Dijo Jehová, y los truenos resonaron hacia el sombrío horizonte -. A su debido tiempo, haré que estas piedras se levanten y hablen. Seguidme, vamos un poco más lejos.
Vagaron por las resecas montañas y por entre los vacíos cañones del mar. Y Dios dijo:
- Miguel, tú estabas encargado de velar sobre esa gente. ¿Cómo fueron sus últimos días?
Hicieron una pausa cerca del fisurado del Vesubio, que en una época de distracción celeste había entrado en erupción dos veces, enterrando vivas a miles de personas.
El segundo ángel respondió:
- Señor, cuando los vi por última vez, estaban preparando una gran guerra.
- Sus iniquidades rebasan todo entendimiento – dijo Jehová -. ¿Cuáles eran las naciones que estaban preparando la guerra?
El segundo ángel respondió:
- Señor, eran llamadas Inglaterra y Rusia y China y América.
- Vayamos entonces a Inglaterra.
Al otro lado del reseco valle que había sido el Canal, la isla era una meseta de piedras, en ruinas y desolada. Por todas partes las rocas estaban cuarteadas y sin vigor. Y Dios se encolerizó más, y gritó fuerte:
- ¡Que las piedras hablen!
Entonces las grises rocas se desmoronaron en polvo, descubriendo cavernas y túneles, como las cámaras de un hormiguero vacío. Y en algunos lugares resplandeció el brillante metal, dispuesto en capas graciosas pero sin ningún diseño, como si el metal se hubiera fundido y hubiera corrido como agua.
Los ángeles murmuraron; pero Dios dijo:
- Esperad. Esto no es todo.
Y ordenó de nuevo:
- ¡Hablad!
Y las piedras se alzaron una vez más, para dejar al descubierto una cámara mucho más profunda. Y en silencio, Dios y los ángeles se inmovilizaron en un círculo en torno al pozo, y se inclinaron hacia delante para ver las formas que se movían allí.
En la pared de aquella profunda cámara, alguien había grabado una hilera de letras. Y cuando la máquina de aquella cámara había sido destruida, el metal incandescente había brotado y había llenado las letras en la pared, de tal modo que ahora brillaban como plata en la oscuridad.
Y Dios leyó las palabras.

NOSOTROS ESTÁBAMOS AQUÍ...
¿DÓNDE ESTABAS TÚ?


FIN

Un amor en silencio

Soy solo un anonimo indiscreto
que te ama en secreto,
que suplica por tus besos,
que te habla en silencio,

que se muere de celos,
cuando te espia en los recreos,
y cuando le tocas la mano
se muere ilusionado

que dicimula
para que no te des cuenta
que estoy llorando

que toma fuerzas
y no puedo decirte
un "TE AMO"
por que me siento como un niño,

cuando estas a mi lado.
Que todas las noches se pregunta
si me amaras como yo te amo,
o solo soy un tonto que sueña en vano.

Pero no me cave duda
de que los corazones mienten
cuando uno esta enamorado.

Javi...:(

http://hacinomas.blogspot.com

jueves, 14 de mayo de 2009

tic tac tic tac

tic tac tic tac
el reloj sigue sonando,
marcando el tiempo
con ese sonido fastidioso
tic tac tic tac,
desespera el solo escucharlo,
porque sabemos que es un recordatorio
de que algo acabará y otra cosa iniciara,
tic tac tic tac,
es un fastidio recordar
cosas que queremos olvidar
y ese sonido nos lo restriega en el rostro,
tic tac tic tac,
odiamos con que tranquilidad suena,
repitiendose un y otra vez,
pareciera que no tiene fin,
tic tac tic tac,
es la burla tras ese sonido
la eternidad que el tiempo tiene
y nuestras vidas para el reloj
son solo un suspiró,
tic tac tic tac.

martes, 12 de mayo de 2009

Venganza

Nunca lo quise creer,
no, no lo queria creer,
nunca crei que tu, que tu,
no me pudieras querer.
Eras como un sueño,
te convertiste en todo al instante
eras ya mi sueño,
eras ya mi vida, y mi alma.
Pero, no podia ser posible
eso yo ya lo sabia,
pero no entender no queria,
yo solo para mi te queria.
Pero simplemente un día
me dijiste "esto se acabo"
¿Qué sucedio?
me lo dijeron luego,
el no quiere a nadie.
Tiene el corazon vacio
y el alma herida,
el queria jugar contigo
y despues, cuando de hartara
te abandonaria.
Eso es lo que queria,
el me destruyo la vida,
entonces, yo le destruire la suya.
Esta noche entrare a su casa
y le dire hasta luego,
tomare esa espada
que adorna su casa.
Y su corazon tomare,
y despues, el mio le dejare,
se arrepentira, me vengare.

lunes, 11 de mayo de 2009

UN CUENTO DE LOVECRAFT -- EL INTRUSO

H. P. Lovecraft
EL INTRUSO


Esa noche el barón soñó multitud de desdichas,
Y todos sus guerreros invitados, por sombras y formas,
Por brujas y demonios y grandes gusanos de sepultura,
Se vieron en pesadillas atormentados.
KEATS

Desdichado aquel a quien los recuerdos de infancia no traen sino miedo y tristeza. Mísero del que vuelve la vista para reencontrar horas solitarias en grandes y tétricas estancias de parduscas colgaduras y enloquecedoras hileras de viejos libros, o rememorar espantadas esperas en umbrías alamedas de árboles grotescos, gigantescos, cubiertos de plantas trepadoras, agitando en silencio sus ramas hacia lo alto. Tal es lo que los dioses me otorgaron... a mí, el turbado, el decepcionado, el yermo, el quebrantado. Y no obstante me siento extrañamente contento y me aferro con desesperación a esos marchitos recuerdos cuando mi mente amenaza por momentos con llegar más allá, al otro.
Nada sé de mi nacimiento, excepto que el castillo era infinitamente viejo e infinitamente horrible, lleno de pasadizos oscuros, con elevados cielos rasos donde el ojo no encontraba sino telarañas y sombras. Las piedras de los ruinosos corredores parecían siempre espantosamente húmedas y por doquier flotaba un condenado hedor, como el de cadáveres apilados durante muertas generaciones. Nunca había luz, por lo que empleaba velas para alumbrarme y me demoraba mirándolas atentamente en busca de algún consuelo; no había sol fuera, ya que aquellos terribles árboles crecían más alto que la parte superior de la torre accesible. Había una torre negra que descollaba sobre los árboles hasta el desconocido cielo exterior, pero se hallaba parcialmente en ruinas y no podía llegarse a ella sino a través de un casi imposible ascenso por la pared vertical, piedra a piedra.
Debo haber vivido años en ese lugar, pero no soy capaz de precisar cuánto. Alguien debió atender mis necesidades, aunque no puedo recordar a nadie que no sea yo mismo, ni nada vivo aparte de las sigilosas ratas y los murciélagos y las arañas. Creo que, quien fuera el que me cuidó, se trataba de alguien terriblemente anciano, pues la primera imagen que tengo de una persona viva es la de alguien semejante a una caricatura de mí mismo, aunque tan deforme, marchito y decadente como el castillo. A mi entender, no había nada grotesco en los huesos y esqueletos que colmaban algunas de las criptas de piedra en los subterráneos. Yo asociaba tales cosas de una forma fantástica con los sucesos cotidianos, y los veía más naturales que las imágenes coloreadas de seres vivos que descubrí en muchos de los mohosos libros. Todo cuanto sé lo aprendí en esos libros. Ningún maestro me azuzo ni me condujo, y no recuerdo haber escuchado en todos esos años una voz humana... ni siquiera la mía, pues aunque había leído sobre la conversación, nunca intenté hablar en voz alta. Mi apariencia física me resultaba igualmente desconocida, ya que no había espejos en el castillo, y yo sencillamente me creía, de forma instintiva, parecido a las juveniles figuras que veía dibujadas y pintadas en los libros. Estaba convencido de ser joven debido a los pocos recuerdos que guardaba.
Fuera, cruzando el foso putrefacto, me tendía a veces bajo los árboles oscuros y silenciosos y soñaba por espacio de horas con lo leído en los libros, y me imaginaba anhelante entre alegres multitudes, en el mundo iluminado por el sol que se encontraba más allá de la fronda interminable. Una vez intenté escapar del bosque, pero conforme me alejaba del castillo las sombras iban haciéndose más oscuras y el miedo se colmaba de un espanto acechante; así que volví corriendo frenético antes de perderme en un laberinto de silencio nocturno.
Así que yo soñaba, esperando entre interminables crepúsculos, aunque no sabía el qué. Luego, en mi sombría soledad, el ansia de luz se volvió tan frenético que no pude aguardar más, y alcé suplicante las manos hacia la solitaria torre negra en ruinas que se remontaba sobre el bosque hacia el ignoto cielo exterior. Y al fin me decidí a escalar esa torre, aun a riesgo de caer, ya que prefería vislumbrar el cielo y morir que vivir sin contemplar jamás la luz del día.
En el húmedo crepúsculo ascendí por la vetusta y destartalada escalera hasta llegar al punto en que cesaban, y de ahí en adelante me aferré en precario a pequeños asideros que llevaban arriba. Aquel cilindro de piedra sin escaleras resultaba espectral y terrible; negro, ruinoso y desolado, más siniestro aún por culpa de los murciélagos sobresaltados cuyas alas no despertaban sonido. Pero todavía más espectral y terrible resultaba la lentitud del avance ya que, por mucho que subiera, la oscuridad sobre mi cabeza no menguaba, y sentí un nuevo estremecimiento, como si me encontrase en un túmulo fantasmal y venerable. Temblé preguntándome por qué no aparecía la luz y, de haberme atrevido, hubiera vuelto la vista abajo. Supuse que la noche me habría alcanzado repentinamente y tanteé en vano, buscando con la mano libre el alféizar de una ventana a través de la que poder mirar fuera y en torno, e intentar calcular la altura alcanzada.
Entonces, tras una eternidad de espantoso y ciego reptar por ese precipicio cóncavo y desesperanzador, sentí que tocaba algo sólido con la cabeza, y supe que había alcanzado el techo, o al menos alguna especie de piso. Alcé la mano libre en la oscuridad y palpé el obstáculo, hallándolo pétreo e inamovible. Entonces tuvo lugar un mortífero circundar de la torre, agarrándome a cualquier asidero que pudiera ofrecerme el resbaladizo muro, hasta que al fin, tanteando con la mano, sentí ceder la barrera y pude volver a subir, empujando la losa o trampilla con la cabeza mientras utilizaba ambas manos para el temible ascenso. Arriba no apareció luz alguna y, elevando las manos, supe que mi ascenso había concluido por el momento, ya que la losa era la trampilla de una abertura que llevaba a una superficie de piedra de mayor circunferencia que la torre de abajo, sin duda el suelo de alguna estancia alta y amplia. Fui deslizándome cautelosamente a su través, intentando impedir que la losa volviera a caer en su hueco, pero fracasé. Mientras yacía exhausto en el suelo de piedra, escuché los fantasmales ecos de su caída, pero confié en ser capaz de volver a alzarla cuando fuera necesario.
Suponiéndome ahora a prodigiosa altura, muy por encima de las malditas ramas del bosque, me arrastré por el suelo buscando con las manos las ventanas, esperando ver por primera vez el cielo y la luna y las estrellas sobre las que tanto había leído. Pero me vi defraudado en mi búsqueda, ya que todo lo que encontré fueron unos grandes estantes de mármol sosteniendo odiosas cajas ovaladas de un tamaño perturbador. Cuanto más lo pensaba, más me preguntaba sobre qué arcanos secretos podía albergar esta elevada estancia, separada durante tantos eones del castillo inferior. Entonces, inesperadamente, mis manos dieron con una puerta encastrada en un umbral de piedra, tosco y cubierto de extrañas tallas. Tanteando, la encontré cerrada, pero con un supremo esfuerzo conseguí forzarla, haciéndola abrirse hacia dentro. Al hacerlo, me alcanzó el éxtasis más puro que jamás haya conocido, ya que, brillando tranquilamente a través de una ornada cancela de hierro, más allá de un breve pasillo de piedra con escalones que subían desde el portal recién franqueado, se encontraba la radiante luna llena, nunca antes vista sino en sueños y vagas visiones que no me atrevo a llamar recuerdos.
Creyendo ahora haber alcanzado la cima del castillo, remonté el puñado de peldaños que partía de la puerta, pero el súbito velado de la luna por el paso de una nube me hizo trastabillar, y me moví más despacio en la negrura. Estaba muy oscuro cuando llegué al enrejado... que probé cuidadosamente, encontrándolo abierto; pero no lo franqueé por miedo a caer desde la tremenda altura alcanzada. Entonces volvió a salir la luna.
El golpe más demoníaco es el procedente de lo abismalmente inesperado y de lo grotescamente increíble. Nada de lo antes soportado podía compararse en terror con lo visto en ese instante, con los estrafalarios prodigios que tal visión implicaba. El panorama en sí mismo era tan simple como impactante, ya que se trataba sencillamente de esto: que en vez de una vertiginosa perspectiva de copas de árboles divisados desde gran altura, a mi alrededor se extendía, al nivel de la reja, nada menos que el suelo firme, nivelado y salpicado de losas de mármol y columnas, ensombrecido por una iglesia de piedra cuyo campanario en ruinas resplandecía de forma espectral a la luz de la luna.
Medio desmayado, abrí la verja y me tambaleé por el camino de grava blanca que iba en dos direcciones. Mi mente, aunque aturdida y sumida en el caos, aún guardaba una frenética ansia de luz, y ni siquiera el fantástico prodigio que había tenido lugar podía detener mi búsqueda. Ni siquiera sabía o me preocupaba el saber si aquello era locura, sueño o magia, pero estaba resuelto a contemplar a toda costa el resplandor y la alegría. No sabía quién o qué era, ni dónde me hallaba; pero al proseguir titubeando adelante me hice consciente de una especie de recuerdo espantosamente latente que implicaba que mis pasos no habían sido totalmente fortuitos. Salí de aquella zona de lápidas y columnas a través de un arco, y fui deambulando campo a traviesa, siguiendo a veces el camino, otras abandonándolo para cruzar curioso por praderas donde ruinas ocasionales hablaban de otro camino, ya olvidado. En cierta ocasión vadeé un torrente junto al que restos musgosos y caídos hablaban de un puente derrumbado mucho tiempo atrás.
Debieron pasar unas dos horas antes de que llegara a lo que parecía ser mi meta, un venerable castillo cubierto de hiedra en mitad de un parque frondosamente arbolado; inquietantemente familiar y a un tiempo ajeno en una forma que me dejaba perplejo. Vi que el foso estaba lleno y que algunas de las familiares torres estaban caídas, mientras que nuevas alas habían surgido para confundir al observador. Pero eran las ventanas abiertas lo que yo contemplaba con gran interés y delicia... gloriosamente resplandecientes de luz, dejando escapar los sones del más encantador de los festejos. Llegándome a una de ellas, me asomé y vi una concurrencia ataviada de forma extraña; se divertían y hablaban animadamente entre sí. Creo que nunca antes había oído voces humanas, y tan sólo podía conjeturar vagamente lo que se decía. Algunos rostros mostraban expresiones que despertaban en mí recuerdos increíblemente remotos; otros me resultaban completamente ajenos.
Entonces, por la baja ventana, accedí a la estancia brillantemente iluminada y, apenas hacerlo, pasé del breve instante de esperanza a la más negra convulsión de desesperanza y entendí miento. La pesadilla se desató instantáneamente; apenas entrar, tuvo lugar uno de los más terroríficos sucesos que jamás haya podido concebirse. No bien había cruzado el antepecho, se abatió sobre la concurrencia un repentino e inesperado espanto de la más terrible intensidad, demudando los rostros y provocando los más horribles gritos jamás surgidos de garganta alguna. La huida fue masiva, y entre gritos y pánico algunos se desvanecieron, siendo arrastrados por quienes escapaban enloquecidos. Muchos se cubrían los ojos con las manos y se abalanzaban ciegamente adelante, tropezando torpemente en su fuga, volteando muebles y yendo a chocar contra los muros antes de alcanzar alguna de las numerosas puertas.
Los gritos resultaban estremecedores, y mientras me quedaba sólo y aturdido en la brillante estancia, escuchando ecos que se desvanecían, temblé con la idea de que podía haber junto a mí algo que no hubiera visto. La habitación se mostró desierta en una somera inspección, pero al llegar a una de las alcobas creí detectar allí una presencia, un atisbo de movimiento del otro lado del arco dorado que llevaba a una habitación similar. Al aproximarme al arco comencé a distinguir con más claridad la presencia y entonces, con el primer y último sonido que haya pronunciado jamás –un alarido espectral que me sacudió casi tanto como la repugnancia despertada por el ser nocivo que lo causaba–, contemplé con espantoso detalle la monstruosidad inconcebible, indescriptible e inmencionable que, con su mera presencia, había convertido una alegre concurrencia en un hato de enloquecidos fugitivos.
Ni siquiera me atrevo a insinuar su aspecto, ya que resultaba el compendio de todo lo sucio, estrafalario, nefasto, anormal y detestable. Era la necrótica sombra de decadencia, decrepitud y desolación; el fantasma pútrido y goteante de insalubre revelación. Sabe Dios que eso no pertenecía a este mundo –al menos, ya no–, aunque, para mi espanto, descubrí en sus rasgos consumidos y sepulcrales una horrenda y obsesionante parodia de ser humano, y en su mohosa y degenerada apariencia alguna indecible cualidad que me estremecía aún más.
Me encontraba casi paralizado, aunque no tanto como para no hacer un débil intento de escapar; un traspiés atrás que no llegó a romper el hechizo en que el indescriptible, el innombrable monstruo me tenía preso. Mis ojos, embrujados por las vidriosas esferas que acechaban espantosamente en su interior, rehusaban cerrarse, aun cuando se hallaban piadosamente velados, y, tras una primera impresión, mostraban a aquel ser terrible sólo de forma turbia. Traté de interponer la mano para ocultar la imagen, pero tan aturdidos estaban mis nervios que el brazo rehusó obedecer mi voluntad. El intento, empero, fue suficiente como para desequilibrarme, haciéndome titubear unos pasos para no caer. Al hacerlo me percaté, repentina y agónicamente, de la proximidad de aquel ser inmundo, cuyo sordo y odioso resollar creí oír. Casi enloquecido, fui entonces capaz de tender una mano para protegerme de la fétida aparición que tan cerca estaba y, en un cataclísmico segundo de cósmica pesadilla e infernal accidente, mis dedos rozaron la putrefacta zarpa que el monstruo había tendido bajo el arco dorado.
No chillé, pero todos los espíritus demoníacos que cabalgan el viento gritaron por mí en el preciso instante en que brotó en mi interior un sencillo y fugaz recuerdo capaz de aniquilar el alma. En ese segundo recordé cuanto fui; recordé antes del espantoso castillo y los árboles, y reconocí el alterado edificio en el que me hallaba; y, más terrible que todo lo demás, reconocí a la infeliz abominación que me miraba mientras yo apartaba mis dedos mancillados de los suyos.
Pero en el cosmos hay tanto bálsamo como amargura, y ese bálsamo es la nepenta*. En el supremo horror de ese segundo olvidé cuanto me espantaba, y el estallido de negra memoria se desvaneció en un caos de imágenes retumbantes. Como en sueños huí de ese sitio fantasmal y maldito, corriendo rápida y silenciosamente a la luz de la luna. Cuando regresé al camposanto de mármol y descendí los peldaños, encontré inamovible la trampilla de piedra, pero no me pesó, porque odiaba el antiguo castillo y los árboles. Ahora frecuento a los burlones y amigables demonios del viento nocturno, y juego durante el día entre las catacumbas de Nephren-Ka, en el prohibido e ignoto valle de Hadoth, en el Nilo. Sé que la luz no es para mí, excepto la de la luna sobre las pétreas tumbas de Neb; ni tampoco otras alegrías que las de los indescriptibles festejos de Nitokris bajo la Gran Pirámide, aunque en medio de mi nuevo salvajismo y libertad casi daría la bienvenida a la amargura de la soledad.
Pero aunque la nepenta me haya calmado, tengo siempre presente que soy un intruso; forastero en este siglo y entre quienes aún son hombres. Es algo que sé desde que tendí mis dedos hacia la abominación que aguardaba en el interior del gran marco dorado; tendí mis dedos y toqué una fría y tersa superficie de cristal pulido.


* Droga que, según los antiguos, borraba todos los recuerdos en los que la consumían.

sábado, 9 de mayo de 2009

TE BUSCO

-
le puse tu nombre al vacio,
y tus palabras ha esta soledad...

calle para escucharte y descubri
k eres tu el silencio,

añore tras los dias desiertos
beber de tu ser infinito,
y no alcanze ha tocar tu agua pura
y hoy mas que nunca mueren
mis labios agrietados
sedientos de verdad...

te busque entre los locos
quisas en su locura encontraria
tu principio...
te busque en los oprimidos
quisas ahi te enkontraria libertando...
te busque con los pobres
quizas te encontraria dandoles
el reino...
te busque en los leprosos
quizas te encontraria
sanando su vida...
te busque en los que
llorado piden justicia...
en los esclavos,
en los k lloran,
en los hambrientos...
te busque sin enkontrarte...

despues camine por
los sabios en sus caminos
misteriosos...
en los que se adueñan de la ley,
en los gnosticos y eruditos,
en los grandes gobiernos,
en los pekeños poblados...

fui ha tu pueblo elejido
hable kon tus maestros,
segui tus pasos por aquella tierra...
busque en los secretos del universo...
y noooo te encontre!!!

perdida entre mil tristezas
ahi en mis pensamientos reposaba mi miedo
luchando kon las frustaciones y
discutiendo kon mi razon el porque
de mi lucha sin tenerte...
mire mis antepasados con ellos estuviste,
pero a mi no me tocas, no me miras.

y llore noches de luna llena y aun sin luna
en mi amargo silencio, llore en mi rincon favorito
con los sentidos apagados, sin sol ni estrellas,
con mi orgullos destruido y mi yo olvidado...

yo sola frente la espejo
donde no vi nada mas que mi
rostro demacrado y mi corazon deforme,
mi esperanza tirada bajo la almohada
todos los sueños que lleban tu nombre.

entonces deje de comer
y mi corazon lejano vio
mi fragil humanidad,
me vi despojada sin nada,
tan vacia y sola,
cansada cerca del final!
libre del mundo
desterrada de todo,
tan lejos de mi lugar,
ahi me vi sin cuerpo
sin muerte...

dolor has existido
y te has aferrado al amor,
el perfecto
equilibrio, porque sin
dolor no ahi amor!!!

y vi los susurros que en el viento
viajaban magicos y sublimes,
y a la esparanza nacer de las flores
secas...

y vi las lagrimas konbertirse
en sangre y las sangre en amor...

y de un simbolo maldito nacio
la luz en medio de oscuridad,
eternidad en medio de la muerte!!!

y presente ahi
no te vi a un lado de mi!
porke ya no te buscaba
porke mi anelo de tenerte
se konbirtio en opsesion...
y de tando buskarte me enkontre
a mi...

hO! pero libre de todo
no intente buskarte,
fui libre de mis deceos
de mis anelos!...

mi tranquilidad duro poco,
porque de mi corazon una
voz gritaba en lenguas.

y mi ser se extremecio
con ese sentimiento que imbade el cuerpo
y los sentidos, eso k se siente asta los huesos,
sin palabras para describirlo...

escuche pasos,
y alguien toco la puerta... ... ...




5:2 Yo duermo, pero mi corazón vela:
oigo a mi amado que golpea.
"¡Ábreme, hermana mía, mi amada,
paloma mía, mi preciosa!
Porque mi cabeza está empapada por el rocío
y mi cabellera por la humedad de la noche".
5:3 "Ya me quité la túnica,
¿cómo voy a ponérmela de nuevo?
Ya me lavé los pies,
¿cómo voy a ensuciármelos?"
5:4 Mi amado pasó la mano
por la abertura de la puerta,
y se estremecieron mis entrañas.
5:5 Me levanté para abrirle a mi amado,
y mis manos destilaron mirra,
fluyó mirra de mis dedos,
por el pasador de la cerradura.
5:6 Yo misma le abrí a mi amado,
pero él ya había desaparecido.
¡El alma se me fue detrás de él!
¡Lo busqué, y no lo encontré,
lo llamé y no me respondió!

(catares 5:2)





en mi cabeza volvia una y otra vez
esas letras del libro de los tiempos...

y si mo corazon aun velada...
dicernia mientras el llamaba mi puerta,
y esa sensacion k inbade aun staba...

ya me abia ensusiado unas ves
ya abis kitado todo... komo
pasar por lo mismo de nuevo??

llamos su suave voz...
me estremesi y supee
en ese momento k
lo anelaba con el corazon!
kon mis fuerzaz, kon todo mi ser...

y llena de miedo decidi a ser valiente,
me levante ha abrir a puerta...

pero kuando abri...


Vivir estando herido

Me canse de las incognitas, me canse de lo abusos, me hatre de pensar que podia ser verdad algo que la vida demostraba que no lo era... Porque lo era!!
Me canse de andar suplicando mientras se rien en mi cara y gracias a ti ya no soy nada, mi vida es una cagada, ya no necesito que me hables o que trates de ser mi amiga porque diga lo que diga pensaras que es una mentira, cuando en realidad lo que vivias no era tu perfecta verdad... Y pensar que creia en lo lindo del amor... Y pensar que creia ser feliz en mi corazón, pero ahora cuando te veo no siento gracia alguna.
La vida es una tortura y solo cumplo la condena que me dicta el amor...

Javi

jueves, 7 de mayo de 2009

Vivir por una amiga

Veo tu rostro
con esa hermosa mirada
y a pesar de que no me conoces
porque me oculto en silencio

te agradesco, por guardar mis secretos
y no creas que te miento,
te agradesco por ser mi amiga
aunque mas que una amiga

sos un sentimiento
porque cuando te hablo...
Umm, no se lo que siento
pero me siento contento

porque me entendes
y yo te comprendo...
Nos entendemos..
Mi mejor amiga

y cuando veo que eres triste
solo quiero estar a tu lado,
para abrazarte y decirte
que te quiero mi lokita.

Javi

martes, 5 de mayo de 2009

IM GIVING UP THE GHOST OF LOVE -- Madame D

IM GIVING UP THE GHOST OF LOVE -- Madame D
dianela_2590@hotmail.com


YOU LOVE IS PAIN...

.
tu amor es dolor
un latigo,agugas que hieren mi cuerpo

tu amor es dolor
dandome vida y quitandomela
es luz y a la vez sombra

tu amor es dolor
mi corazon que arde
mi corazon se apaga

tu amor es dolor
me levanto y vuelvo al suelo
me sanas y vuelves a enfermarme

tu amor es dolor
sabroso veneno que emana tu piel

tu amor es dolor
mis heridas cicatrices en tus manos
y otra vez heridas en las mismas

tu amor es dolor
el dolor inevitable
tu amor tambien



de : dianela moran

sábado, 2 de mayo de 2009

Yo, El Nucleus Infinitum

Yo, El Nucleus Infinitum, comunico a través de este blog que estaré muy pronto plasmando el contenido de cuanto pienso aquí. Cuando lleve a cabo esta empresa, espero que cuanto sea producto de mi trabajo sea del agrado de los usuarios que me visiten, si desean visitarme.
De antemano, agradezco su atención.
¡Hasta pronto!

Yo...

Engañandome a mi mismo...
Tirado en un rincón...
Llorando sin sentido
odio y amor.

Me acuesto y me desvelo
pensando en el adios,
solo siento "frio"
solo siento dolor.

El pasado no se olvida
no hay nada en mi corazón,
tirado en un rincón
lloro solo amor.

Extraño tus caricias,
(Mi amigo es el dolor)
por que tu eres feliz
y yo no?

Pu** amor
sentimiento drogadicto
dolor latente
como odio verte.

Una risa,
un llanto,
una lagrima
y un descanso.

Javi...:(

.

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